¿QUÉ ES MEJOR: GAS PROPIO O COMUNITARIO?

Cuando hablamos de la instalación de calderas de calefacción a gas en un edificio, siempre sale la duda de qué es mejor, ¿la instalación de gas propio o la instalación de gas comunitario? ¿Qué sale más a cuenta para cada vecino, tener gas propio o gas comunitario?

Cuando se instalan las calderas de calefacción de gas se pueden enfocar en uno u otro sentido. Ambos tienen sus ventajas y sus desventajas. Para traer un poco de luz en este tema pediremos consejo a nuestros amigos de Lonix, expertos en calderas de gas en Barcelona. Esta gente lo saben todo sobre la instalación y reparación de calderas y nos aclararán los bueno y lo malo del gas doméstico y del gas comunitario.

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INSTALACIÓN DE GAS DOMÉSTICO

Con la instalación de gas doméstico, cada usuario tiene su radiador a gas y cada uno programa a su medida el tiempo que quiere tener la calefacción encendida y establece las horas exactas del día en que quiere que funcione.

De cara al ahorro, no hay por qué encender los radiadores que no sean necesarios, e incluso, se pueden poner a un nivel más bajo por medio de termostatos. Aunque esto también se hace con los sistemas comunitarios, el usuario no dejaría de pagar por consumir menos. En este aspecto, es más eficiente que el gas comunitario porque solo gasta donde se necesita.

Este control permite que el usuario pague solo por lo que gasta, allí donde quiere, durante las horas que mejor se adapten a él y no tiene la obligación de sufragar el consumo del resto de los vecinos, que puede ser excesivo o no adaptarse a las necesidades de cada particular

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INSTALACIÓN DE GAS COMUNITARIO

Cuando hablamos de instalación de calderas de calefacción de gas comunitario, ésta permite que todos los vecinos utilicen la misma fuente de calor en sus viviendas. Esto trae consigo numerosas ventajas, como un precio más bajo que el coste que pagaría una familia si su calefacción fuera individual. Los grandes consumidores -como las comunidades de propietarios- tienen importantes descuentos en el combustible con respecto a quienes gastan menos energía y esto hace que la factura llegue a ser un 20% o un 30% inferior que si lo contrata un particular.

Al ser un gasto repartido entre todos los vecinos, el coste del mantenimiento también es menor que en los sistemas individuales y la inversión -si la calefacción no venía ya en la vivienda- se amortiza mucho antes.

Además, como el dinero que se paga se conoce de antemano y es una cantidad fija, no es necesario que quienes viven en el piso regulen el termostato para gastar menos.

También tiene un mayor rendimiento: frente a los frecuentes apagados y encendidos que el particular puede realizar en la vivienda -si va a pasar unas horas fuera de casa o una temporada de vacaciones- la comunitaria funciona de manera continua, con lo que el gasto que genera parar el suministro y reanudar su uso, desaparece. Esto proporciona un mayor rendimiento del sistema centralizado, ya que no pierde calor cada vez que se para.

Y por otro lado, el tener la caldera fuera de casa también es una ventaja, no solo por el espacio que ocupa, sino por la seguridad de que esté instalada en un cuarto específico y ventilado.

gas propio o comunitario

Estos han sido los consejos de de Lonix, expertos en instalación y reparación de calderas. Esperamos que os hayan ayudado.

Soñadora e idealista pero con los pies en el suelo y con una visión muy clara de la realidad. Quizás sea toda una paradoja en sí misma que traduce en una insana curiosidad por todo lo que la rodea.