¿Cómo colocar lámparas colgantes en la mesa del comedor?

Cuando hablamos de decoración solemos dar mucha importancia a la luz, haciendo especial hincapié a la iluminación natural, pero no hay que olvidar que las lámparas son imprescindibles en cualquier hogar. Existen muchos tipos, pero hoy nos centraremos en las lámparas colgantes.

Las lámparas colgantes son aquellas que, tal como su nombre indica, se suspenden del cielo raso por medio de un cable, una cuerda, una barra o una cadena. Desde hace décadas, este tipo de luminarias son las favoritas en decoración, no sólo por su gran potencial decorativo, ya que son ideales en espacios donde se requiere luz de trabajo. De todas, debes tener en cuenta que el estilo y la forma de la lámpara colgante dependerán del uso que vayas a darle y a la habitación de la casa donde la vas a colocar.

Las hay de todo tipo, de diseño, de cristal, antiguas,… Hay muchas formas y materiales distintos con los que podemos disfrutar de una lámpara colgante en función del tipo de hogar que tengamos y los espacios en los que esté dividido. Pero para colocarla, hay que tener en cuenta unas cuantas pautas:

• La cantidad: Uno de los primeros aspectos que hay que tener en cuenta es que nunca debe haber más de una lámpara colgante por estancia y que no son convenientes para las zonas de paso, a no ser que se trate de una casa enorme.
• El tamaño: Las lámparas colgantes grandes son ideales para una entrada, mientras que las lámparas colgantes pequeñas son perfectas para lugares de trabajo.
• Los materiales: Los más habituales son el vidrio, que es un excelente difusor; la tela, ideal para los espacios libre de grasa como el comedor o la sala; el metal, que ayuda a reflejar mejor la luz, y el plástico.
• La altura: Sobre una mesa de comedor (luego entraremos en más detalle sobre este tema), lo ideal es que se deje al menos unos 70 cm para evitar accidentes, al igual que en la cocina. En cuanto a la entrada, lo mejor es dejar 2,15 metros o, al menos, 65 centímetros entre la cabeza de la persona más alta de la casa y la parte de debajo de la lámpara.
• Su versatilidad: Las lámparas colgantes son perfectas para cualquier tipo de estancia. También quedarán geniales en rincones de lectura, costura o despacho, encima de la cama del dormitorio o sobre una bañera exenta en el baño.
• Cuidado con los techos bajos: Las lámparas colgantes tienden a quedar mejor en techos altos. Por eso, si tus techos son muy bajitos, deberías evitar utilizarlas (salvo quizás en la mesa de comedor o sobre la barra de comer en la cocina, si es que la tienes). En el resto de zonas, opta por candilejas, luminarias empotradas, plafones o escenas de luz basadas en una combinación de apliques, lámparas de pie y lámparas de sobremesa.
• Evita que se vean las bombillas: Salvo que la bombilla sea decorativa por sí misma (bombillas colgantes) evita que se vean colocando una pantalla en la zona inferior de la lámpara. No hay nada más antiestético que una lámpara colgante en la que se ven por debajo las bombillas de bajo consumo.
• Bombillas colgantes: No debemos olvidarnos del potencial decorativo de las bombillas colgantes. Es una solución sencilla y minimalista, muy utilizada en la decoración de estilo nórdico y que crean espacios sobrios y elegantes. Sirven como sustituto de las tradicionales lámparas de mesita de noche, para la zona de comedor, en el office… ya que hoy día se fabrican modelos en diferentes colores, acabados y materiales aptos para cualquier estilo.

 

Lámparas colgantes en el comedor

Las lámparas colgantes en los comedores están de moda. Eso es innegable y hacen que los ambientes clásicos luzcan mucho más brillantes y sofisticados. Pero antes de colocarlas hemos de tener en cuenta las características de nuestro hogar y nuestro mobiliario. No se trata únicamente de una cuestión estilística, hay que valorar las características técnicas de nuestro espacio.

Para su colocación hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:

Lo primero es la distancia entre la lámpara y la mesa del comedor para evitar deslumbramientos e incomodidades. Además de valorar el estilo de la luminaria, lo adecuado es que esa distancia esté de 60 a 80 centímetros por encima de la mesa. Pero tampoco es una medida fija ya que hay que fijarse en otros factores como el tamaño de la mesa, el tamaño de la lámpara, las posibilidades de movilidad de la lámpara, el espacio del que disponemos para colocarla, el espacio que debe iluminar, etc.

De hecho, si la lámpara o la mesa son muy grandes, lo mejor es aumentar esa distancia para hacer que la iluminación sea más eficaz. Si no, esta se focalizaría en un único punto y haría que existieran diferencias de iluminación en los diferentes rincones del comedor.

En cambio, si el comedor es pequeño, deberemos reducir la distancia colocándola más cerca de la mesa para obtener una iluminación más puntual y homogénea.

Otro factor importante es el tamaño de la estancia. No es lo mismo iluminar un gran salón que uno de tamaño medio. Por ejemplo, para un comedor de grandes dimensiones, sería interesante decantarse por una lámpara colgante que permitiera regular el alto, para así poder dirigir la luz según nuestras necesidades en cada momento.

También debes tener en cuenta que se puede innovar con las lámparas colgantes sobre las mesas de comedor. Mezclar estilos y materiales siempre da un toque decorativo atrevido y de moda. Por ejemplo, sobre una mesa de líneas rectas ya sea de acero, de cristal o de madera  una lámpara de cristal o antigua de verdad o incluso moderna reinventando el estilo antiguo quedaría bien.

Y si la mesa es de forma rectangular y bastante pronunciada podríamos poner dos lámparas pequeñas más. Si la mesa es cuadrada o redonda sólo una.