EL ARTE TRADICIONAL JAPONÉS Y LA NATURALEZA

Uno de los temas principales del arte japonés es la cercana y armoniosa relación entre el hombre y la naturaleza. En japón siempre han sabido expresar a la perfección, mediante las antigüedades la conexión espiritual que existe entre el arte y la naturaleza. 

El arte tiene en la cultura japonesa un gran sentido introspectivo y de interrelación entre el hombre y la naturaleza. El arte japonés muestra la espiritualidad y disciplina propia de tradiciones ancestrales. Podríamos decir que es el testigo de una sociedad que desde la prehistoria hasta el presente ha entretejido el pensamiento con su visión de la naturaleza. El valor que se le otorga a sus ciclos es motivo de inspiración para el mundo del arte oriental japonés.

La cultura japonesa se ha ido definiendo a través de unos vínculos sólidos con el medio físico. La zona oriental a la que pertenece Japón está compuesta por un extenso territorio con importantes diferencias climáticas y de gran actividad sísmica. Estas componen dos de las mayores influencias que han tenido un papel relevante en el arte japonés. A lo largo de la historia, han aparecido todo tipo de idealizadas e inquietantes representaciones de la naturaleza. Desde el imponente monte Fuji hasta los pétalos de las flores más humildes. 

Al igual que otras culturas de Asia, el arte tradicional japonés destaca por la gran variedad de medios y materiales en los que se produjo. Incluyendo pintura, caligrafía, cerámica, escultura, y grabados, entre otros. Antigüedades San Francisco, expertos en arte oriental en Barcelona, nos muestra los tipos de artes tradicionales japonesas que aún a día de hoy se practican.

Arte tradicional japonés

Son variadas las artes tradicionales que se siguen practicando en Japón. Aquí presentamos dos de las más destacadas relacionadas con la naturaleza, la meditación y la belleza.

• Ikebana. Es una de las más  reconocidas como típicamente japonesa;  el arte de los arreglos florales. Este arte tradicional está vinculado profundamente a la ceremonia del té del budismo Zen. Ikebana recoge la sencillez y la precisión de las formas evocando los diferentes aspectos de la naturaleza. Este es también el momento en que uno siente la cercanía a la naturaleza que ofrece la relajación de la mente, cuerpo y alma. Se dice que el Ikebana puede inspirar a encontrar la belleza en todas las formas de arte.
• Suiseki. El suiseki nace de la capacidad de algunas piedras pequeñas formadas naturalmente de evocarlas mediante su aspecto, color o textura imágenes, sensaciones o recuerdos. Para los budistas, la piedra simboliza el Monte Shumi, la montaña sagrada que la religión se encuentra en el corazón del mundo. Para los taoístas la piedra simboliza a  Horai, el paraíso taoísta. Un suiseki tiene el poder de hacernos recordar los acontecimientos, montañas, bosques, ríos o cascadas.
• Bonsai. Bonsái es una palabra de origen japonés que significa literalmente bon (bandeja) y sai (cultivar). Esta tradición milenaria consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, normalmente arbustos, controlando su tamaño.

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