MANTENIMIENTO DE CALDERAS EN INVIERNO

El mantenimiento de calderas es básico para su correcto funcionamiento. Si no hemos seguido un buen plan de mantenimiento, en el mejor de los casos, nos arriesgamos a padecer problemas de funcionamiento del sistema de calefacción. Pero en el peor de los casos, corremos el riesgo de sufrir combustiones espontáneas o escapes de gases nocivos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.

Por eso es importante tener un buen plan de mantenimiento de calderas que, de hecho, ya está regulado por ley (según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios), obligando al usuario a realizarlo anualmente por medio de un instalador profesional de calderas y siendo así, responsable de su revisión y puesta a punto bajo posibles problemas derivados de una mala limpieza.

De todas en formas, cuando llega el invierno, tras haber tenido las calderas sin funcionar muchos meses, no está de más hacerle un mantenimiento mínimo y básico que podemos efectuar nosotros mismos o contactar como profesionales como los de Barnacalderas.

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MANTENIMIENTO DE CALDERAS EN INVIERNO. CONSIDERACIONES BÁSICAS

Para el correcto funcionamiento de una caldera hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones básicas:

  • La temperatura óptima. La temperatura óptima de funcionamiento del agua está sobre los 70º, aunque esto dependerá siempre de nuestra instalación.
  • La presión de la caldera. Debemos cuidar que la presión de la caldera se encuentre siempre entre 1 y 1,5 bar en frío.

Teniendo esto en cuenta, tan solo hay que seguir unas sencillas indicaciones para el correcto mantenimiento de calderas en invierno. De esta forma, nos aseguraremos que nuestra caldera y nuestra calefacción estén bien preparadas para el frío.

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MANTENIMIENTO DE CALDERAS EN INVIERNO. COMPROBANDO LOS NIVELES DE LA CALDERA

Hay que seguir los siguientes pasos:

  • Mientras vayamos a realizar las operaciones iniciales, empezaremos por poner al mínimo el termostato de la vivienda.
  • En el caso de que hubiéramos tenido la caldera apagada durante el verano (que suele ser lo más habitual), debemos abrir la llave de corte del gas y encender la caldera con el interruptor.
  • Cuando ya tengamos la caldera encendida, tenemos que mirar la presión que indica el manómetro. Normalmente suele haber un indicador que va de 0 hasta 4 o 5 bares de presión. Como dijimos antes, lo más recomendable es que la presión se encuentre entre 1 y 1,5 bares.
  • Si su valor está por debajo, habrá que hacerla subir. Tenemos que llenar con agua el circuito de calefacción. Para ello buscaremos en la parte inferior de la caldera, entre varias llaves de corte, hasta que encontremos una ruleta negra. Esa ruleta sirve para llenar de agua el circuito de calefacción.
  • Debemos girar poco a poco esa ruleta en el sentido contrario a las agujas del reloj hasta que veamos que, en el manómetro, la presión empieza a subir. Cuando veamos que ha llegado a 1,2 bares, cerramos la ruleta apretando en sentido contrario. Sin forzarla demasiado.
  • El siguiente paso es comprobar que la salida de humos no esté obstruida.
  • También debemos comprobar que los radiadores no tengan fugas. Nos fijaremos en que las llaves de entrada y retorno de cada uno no tengan goteos ni marcas de fugas.
  • Si encontráramos alguna fuga, deberemos usar una llave inglesa para apretar las tuercas. Si el problema persiste deberemos llamar a un profesional.
  • Tras haber realizado todas estas comprobaciones, ya podemos poner la caldera en modo invierno o, según el modelo, activar el interruptor de la calefacción. Desde el termostato de la vivienda vamos subiendo la temperatura hasta que la caldera se ponga en marcha. Esperaremos 10 o 15 minutos hasta que empiecen a calentarse los radiadores.

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Nicola Picasso, padre y marido enamorado es un apasionado del deporte, especialmente del trail running. Atleta X-Bionic, Tailwind Trailblazer y Bamboolabs Ambassador, ha hecho de su afición por correr toda una aventura que trasciende las redes sociales.